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- Escuchando : No one like you de David Crowder*Band
- Leyendo : Sonrisas de Bombay de Jaume Sanllorente
- Viendo : Up 3D
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29.3.09
En la hora perdida he vuelto a aquel entonces de autodestrucción, soledad y frío. Me he paseado nuevamente por aquel mundo tan gris y con aquel aroma constante de resignación. Me he mordido los labios y me he clavado las uñas en las palmas de las manos lo más fuerte que he podido. He respirado hondo, me he peinado, me he recogido el pelo, he vuelto a respirar hondo, me he soltado el pelo y me lo he vuelto a recoger. Después he ido pasando lentamente las hojas del calendario y, contando, he recordado mi próximo cumpleaños. He dejado el pasado por esa extraña nostalgia del futuro y de los sueños que nunca terminan de llegar. Por todas las cosas por hacer que nunca hago mientras la vida y el tiempo pasan y se escurren de las manos como una pastilla de jabón sin que nadie repare demasiado en ello. Y hay todavía tantas cosas por hacer y tanto y a la vez tan poco tiempo. Es eso, tanto y a la vez tan poco. Luego cerré la tapa y la vida ha continuado.
21.3.09
Levantarte tarde, desayunar sin prisas, olvidándote de que existe el tiempo, o los relojes, o cualquier cosa que se les parezca... esto es vida!
17.3.09
A mí me pasa todo al revés. Mientras que todo el mundo exclama ¡Joder, es lunes!, yo me encojo de hombros y pienso que tampoco es tan malo, que lo realmente terrible es el día siguiente. No sé si tiene alguna explicación lógica que a mí se me escapa, pero no puedo con los martes, son horribles. Horriblemente horribles e insoportables e interminables.
Por eso los martes me dedico a echar mano de mi lista de "cosas que me hacen feliz", que aunque parezca una tontería puede ser muy útil en estos casos. Dentro de esa lista, voy a tener que añadir un apartado para vídeos como éste que encontré en el blog de Misako Mimoko.
Sé que es un vídeo para niños, pero para mí es como una inyección de buen humor! No puedo evitar reírme cada vez que lo veo...
14.3.09
Volvamos a tumbarnos en la hierba, pero esta vez nada de buscar dragones entre las estrellas. Lo que quiero es que cerremos los ojos despacio, los brazos inertes al lado de nuestros cuerpos. No pensemos en nada, sólo respiremos y dejemos que pase el tiempo, andando como una tortuga como siempre nos hace, y que nosotros ni nos movamos. Que sigamos quietos, los ojos cerrados hasta que de las pestañas nos cuelgue musgo y los dedos se nos adhieran a la tierra, a modo de raíces, y sigamos tumbados en silencio, los ojos cerrados, inmóviles y el tiempo corriendo, andando, caminando por nosotros.
